El secado por atomización es el café instantáneo en polvo; durante su proceso de producción el extracto de café es sometido a altas temperaturas y presión, lo que eleva la concentración del producto y lo hace volátil. Luego, el producto se eleva a la parte superior de una torre donde se somete a la pulverización, quedando expuesto al aire caliente, lo que hace que el producto pierda su humedad y se convierta en polvo.
El extracto de café se utiliza como producto base en la elaboración de alimentos y bebidas que contienen café, siendo utilizado en gran medida por la industria alimentaria, restaurantes y hoteles. Es un concentrado (acuoso) que conserva los aromas y sabores del café.
El café granulado es elaborado a partir del secado por aspersión, que se somete a un proceso de aglomeración en un equipo específico que combina el polvo y el vapor con una presión y velocidad ideales para obtener la granulometría deseada. El producto final es uniforme y de fácil disolución, con excelentes atributos de aroma y sabor.
El aceite de café verde se obtiene del prensado en frío de los granos de café, siendo un producto versátil, utilizado por la industria alimentaria y cada vez más por la industria cosmética.
Para obtener el café liofilizado, el producto se congela a -40 °C, seguido de los procesos de molienda y sublimación (con el agua que pasa directamente de la etapa sólida a la gaseosa). Es un proceso de deshidratación que preserva los atributos aromáticos del producto, generando un café de alto cuerpo y calidad superior.
Producto obtenido a partir de la mezcla de extracto de café concentrado con azúcar, que se secan en una torre de secado por aspersión. Está destinado al consumidor final, especialmente en los mercados internacionales.
El origen del café instantáneo se remonta a 1901, cuando el Sr. Satori Kako, un químico japonés que vivía en Chicago, Estados Unidos, inventó un café instantáneo en polvo, que se vendió durante la Exposición Panamericana de Nueva York. Años más tarde, este producto fue adaptado por un químico estadounidense que creó el café instantáneo refinado, que pudo ser comercializado a mayor escala.
Pasaron décadas hasta que surgió una gran oportunidad a partir del excedente de café almacenado en los almacenes brasileños durante la crisis mundial de los años treinta. Se pidió a las empresas suizas que estudiaran la forma de transformar este café almacenado en «cubitos de hielo» que pudieran conservar los atributos del café durante más tiempo y que pudieran venderse a los consumidores.
Fue el químico de Nestlé, el Sr. Max Morgenthaler, quien desarrolló una solución y en 1937 presentó un café en polvo fácil de disolver en agua para su consumo, que además presentaba características que se asemejaban a las del café fresco. Nestlé financió entonces la producción de este innovador producto, lanzando el Nescafé, un café soluble en 1938, un éxito inmediato en Europa y Estados Unidos; y utilizado por los soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial (debido a su practicidad y fácil preparación).
En Brasil, el café instantáneo llegó en 1953; los esfuerzos para atraer e instalar industrias de solubles se hicieron a partir de la década de 1960, cuando se fundaron e iniciaron las actividades de la mayoría de las empresas asociadas a la ABICS. Desde entonces, Brasil es el primer productor y exportador mundial de café soluble.
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